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    Cuidado del pecho

    Al quedarnos embarazadas, la primera parte del cuerpo en notar los cambios es el pecho. Durante los 9 meses que dura el embarazo, el pecho se prepara para la lactancia materna, la manera más natural de alimentar a tu hijo tras dar a luz. Los senos suelen aumentar su tamaño y esto puede hacer que sin unos cuidados específicos, también después del parto y la etapa de lactancia, puedan darse problemas de flacidez e incluso aparición de grietas o estrías. Es por ello que resulta aconsejable comen...

    Al quedarnos embarazadas, la primera parte del cuerpo en notar los cambios es el pecho. Durante los 9 meses que dura el embarazo, el pecho se prepara para la lactancia materna, la manera más natural de alimentar a tu hijo tras dar a luz. Los senos suelen aumentar su tamaño y esto puede hacer que sin unos cuidados específicos, también después del parto y la etapa de lactancia, puedan darse problemas de flacidez e incluso aparición de grietas o estrías. Es por ello que resulta aconsejable comenzar a tratar y cuidar el pecho al quedarte embarazada, ya que de esta manera se pueden evitar esos inconvenientes.

    Lo mejor para ello es sobre todo la hidratación, puesto que así se consigue que la piel adquiera más elasticidad y durante el aumento de talla, la epidermis sufre menos al estirarse. De esta manera se puede evitar la aparición de grietas y estrías e incluso calmar las molestias que suponen estos cambios en el cuerpo de la mujer.

    Antes de la lactancia es aconsejable darse automasajes al menos una vez al día con una crema o aceite hidratante, a ser posible con propiedades reafirmantes, que evite la aparición de estrías. Es importante también tener en cuenta la hidratación y los cuidados durante el baño o la ducha, por lo que es recomendable utilizar un jabón con PH neutro que sea delicado con la piel. A mayores, se puede tratar la zona del pecho y el pezón con algún producto exfoliante una vez cada 10-12 días para así ir retirando las células muertas. También hay que tener en cuenta que al adquirir más volumen, nuestra ropa interior debe ir en consonancia con la talla, para no ejercer una presión innecesaria y que puede acabar resultando molesta.  

    Mientras dura la lactancia materna, parece una obviedad, pero cuanto más se dé el pecho al niño, menos sensación de hinchazón tendremos ya que se vaciará con más regularidad, favoreciendo así que los tejidos de la piel permanezcan menos tiempo en tensión. Además, es conveniente lograr que el bebé se enganche al pezón de manera correcta puesto que esto evitará que esta zona tan sensible del cuerpo se agriete o forme heridas. También durante esta etapa, una vez ya hemos dado a luz y comenzamos a lactar, es muy importante hacerse con sujetadores que no compriman demasiado los senos y que sean cómodos y fáciles de usar en los momentos de las tomas. 

    Mientras damos de mamar, es posible que sintamos algunas molestias, sin embargo, si este dolor aumenta en intensidad o notamos irritación, quemazón o mucha sequedad, es importante consultar a la matrona o a nuestro médico ginecólogo para un diagnóstico y posible tratamiento. Durante estos periodos de pequeñas molestias suele ser efectivo el uso de parches de hidrogel u otras sustancias calmantes que permiten refrescar y humedecer la zona para reducir el dolor. 

    En ocasiones pueden surgir complicaciones a la hora de dar el pecho. Como ya hemos comentado, es súper importante que el niño se agarre de forma correcta al pezón para succionar bien ya que así se evitará el dolor en los senos derivado de la lactancia materna. Sin embargo, a veces puede ocurrir que el bebé no sea capaz de engancharse bien al pezón de ninguna de las maneras y es por ello que en el mercado existen productos que facilitan que esto suceda, como son las pezoneras o formadores de pezones para aquellas mamás que los tienen algo retraídos o incluso invertidos. Y para aquellos casos en los que las molestias y complicaciones son persistentes existen productos como cremas especiales o protectores que, al igual que los parches de hidrogel y otros materiales, ayudan a calmar esta zona tan particularmente sensible. 

    Además de todo ello, es súper importante la higiene. Sin embargo, no se trata de lavar el pecho antes y después de cada toma, pues esto puede provocar el efecto contrario. Lejos de lo que pueda parecer, lavar el pezón repetidamente con mucha cantidad de agua puede provocar que la piel se reblandezca y finalmente se reseque con muchísima más facilidad. En cualquier caso, la manipulación del pecho y de cualquier elemento que utilicemos tanto para su cuidado como para la extracción, debe hacerse siempre bajo unas mínimas normas de higiene. Tener las manos perfectamente limpias es vital para evitar pasar a la piel del pezón cualquier tipo de bacteria indeseada que pueda terminar por llegar al bebé. Asimismo, cualquier producto que utilicemos indicará debidamente cómo debe manipularse para mantener una buena higiene y que todo esté bajo control, con lo que es importante siempre seguir estas indicaciones minuciosamente

    En esta sección de nuestra tienda podrás encontrar todo aquello que necesites para cuidar tu pecho antes y durante la lactancia materna, de manera que resulte mucho más fácil y cómodo dar de mamar a tu bebé. En cualquier caso, si te surgen dudas o sufres problemas durante este período en el que das el pecho a tu hijo, consulta siempre con tu médico para solucionarlos. 

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